Bettsimar Díaz: «Mi papá estuvo diagnosticado de felicidad”

Imagen archivo

Bettsimar Díaz

Conversar con ella inspira querer más a Venezuela. Tiene una forma distinta de ver la vida,  es el lado positivo, es la esperanza, inspira a querer hacer las cosas bien y en luchar por lo que se desea. Es deleitarse escuchándola hablar sobre sus padres -se le iluminan sus ojos cuando se refiere a ellos-, es el ejemplo en cómo debemos ser los venezolanos. Es trabajadora, conversadora, de fácil sonrisa y llena de anécdotas. Es una mujer íntegra y agradecida por haber nacido en Venezuela, por cada enseñanza recibida a través de Jesucristo y sobre todo por los valores y el amor inculcados por mamá y papá.  Sencillamente es… Bettsimar Díaz.

¿Qué se siente ser la hija de uno de los ejemplos más grandes de Venezuela?

“Me han preguntado esto antes y nunca tengo la misma respuesta porque cada vez es más difícil describirlo. Se siente una enorme responsabilidad, Una extraordinaria posición para decir cosas buenas, para estimular el amor por Venezuela, para animar a la gente a levantar el corazón hacia lo que debe llegar a ser este país y por supuesto una oportunidad maravillosa para exaltar valores por los que papá vivió”.

-¿Cuáles han sido las ventajas y desventajas el ser hija de una figura pública?

“Las ventajas son las mismas que las desventajas. Estás debajo de una luz y estar debajo de la luz es muy bueno porque todo el mundo te ve, pero también es malo porque te cuesta mucho ver al resto. A mí me encanta ser parte del resto, ser una más en el auditorio. Pero la vida pública te pone a estar debajo de los reflectores”.

-¿Cómo haces para mantener los pies sobre la tierra si estás debajo de los reflectores?

“Caminar. Cuando caminas te tropiezas y sientes que nada es fácil. Nada en la vida es fácil y se va poniendo más difícil conforme pasan los años. No solamente es pisar la tierra sino también apostar al cielo.”.

-¿Cuál es tu canción favorita del Tío Simón?

La Tonada del Cabrestero. Me parece que es el himno secreto, el poder y la fuerza de toda la obra de él. Como dijo Caetano Veloso: ‘cuando escuché a Simón Díaz y su música, conocí a un mundo nuevo’. Creo que papá formó un mundo desde esa canción”.

A Bettsimar se le ilumina la mirada cuando habla de su papá, el gran maestro Simón Díaz. En cada palabra hay un gesto de agradecimiento, de amor y cariño por lo que su padre le inculcó. Actualmente el Tío Simón presenta una condición en su memoria que lo ha alejado de los escenarios pero no de sus afectos más cercanos, quienes ven en él siempre una sonrisa, una mirada de agradecimiento, paz y tranquilidad.

-¿Qué significa para la familia Díaz que el Tío Simón haya sido ganador del Premio Nacional de la Cultura?

“Él es como una especie de plaza florecida a la que todo el mundo llega a poner una flor, a decir un verso. Él inspira a que la gente dé algo y dar algo es una cosa milagrosa. No solamente es el Premio Nacional de la Cultura, de aquí para adelante vienen demasiadas cosas porque Simón cada día es más grande y todo el mundo quiere tener la posibilidad de expresarle su afecto, reconocimiento y amor. Simón lo que hizo fue engrandecer la bandera en donde quiera que estaba”.

-Es abogada. ¿Qué la inspiró a estudiar Derecho?

“Muchos de los seres humanos tenemos ansias y sueños de justicia. El Derecho lo deberíamos estudiar todos o por lo menos ver una o dos materias en bachillerato. Es la carrera que te forma el juicio para saber qué es lo correcto y cómo defenderlo”.

A través de su profesión aprendió a defender los derechos de autor, artista, escenario, público e incentivar a construir cultura…

¿Cómo la ha ejercido?

“Lo he hecho a través de la carrera de papá, la cual defendí y aprendí a cristalizar un montón de derechos que él tenía como cantante, autor, artista y venezolano. Esas cosas tenían que ser respetadas no solamente por el medio sino por todo. Aprendí también a defender los derechos en  un escenario, los derechos del público para que se le dé un espectáculo por lo que paga y el derecho a la gente para que su artista que tanto apoyan  les dé un concierto gratis en una plaza pública. Al final es el derecho a la cultura y la cultura es una cosa gratuita, pero que cuesta mucho construirla. La he ejercido de esa forma, el derecho a ser alegres, a ser felices por lo que somos. Eso me seduce muchísimo”.

-Aparte de abogado, también eres músico. ¿Escuchas todo tipo de música? ¿Cuál no te gusta escuchar?

“Mi IPod es uno de los más perseguidos de la historia hasta ahora (risas), porque tengo una selección de música extremadamente exquisita: folclórica, tangos, boleros, salsa, música popular, música clásica, jazz, blues, etcétera. Soy una adicta a la melodía, a la música, a las armonías, a los arreglos, a los estudios de grabación, es decir, si no hubiese estudiado música, hubiese sido igual pero como estudié música y toqué piano… la verdad es que es muy divertido (risas). No disfruto mucho el reggaettón, no me gusta la música monotemática -Bettsimar aquí imita un sonido al estilo de changa- que no tenga dibujo,  ni cuento,  ni historia. Me gusta disfrutar del cuento de la música, del cómo arranca una melodía y se convierte en otra cosa. La música es el gran lenguaje”.

-Cuando se te ve en televisión o se te oye en radio transmites un excelente humor. ¿Eres así siempre? ¿No te estresas?

“La verdad que yo tengo un carácter de todos los colores (risas). Heredamos en la casa el chiste, el buen humor, pero yo también me pongo furibunda, histérica con lo que da rabia e impotencia. Soy bastante estándar con el tema de las emociones. Las tengo todas (risas)”.

-Hasta hace unos meses tenía la sección “La Taguara” en Onda La Superestación, ¿Qué pasó con eso? ¿Tienes algún otro proyecto en la radio?

“Ese proyecto (La Taguara) duraba un año, se acabó y le dieron oportunidad a otros que también lo están haciendo muy bien para hablar de música. Justamente ahí hacía alarde de mi iPod y era muy divertido (risas). Le agradezco demasiado a Onda, a Elba Escobar y a María Elena Lavaud mi gran amiga que a través de ella fue que conseguimos hacer el proyecto “Todo sobre mi padre” por Globovisión. María Elena es una belleza y Elba es una maestra de la vida, del sentimiento, de la tenacidad y del trabajo. Estoy muy agradecidas con ellas que me hayan invitado”.

Hablando de “Todo sobre mi padre”, ¿cómo han sido para ti realizar estos micros? ¿Cuántos han grabado? ¿Cómo ha sido el feedback del público?

“El proyecto son 90 micros y llevamos 80 grabados. El feedback con el público te lo puedo describir en el llanto o en los abrazos que la gente me regala, con la alegría y la gratitud cuando ando por la calle. Todo el mundo lo agradece. Ha sido una gran experiencia también darle a mi papá lo que él nos ha dado a nosotros. He sido afortunada y también estoy agradecida con todos los medios de comunicación que han cedido imágenes para poder hacer el programa”.

-¿Quienes han sido los pilares más importantes en tu vida?

“Mi madre y mi padre por sobre todas las cosas. Por los valores que ellos han vivido, con los que nos han enseñado y me han ayudado a crecer. Haber encontrado a Jesucristo me cambió la vida de un día para otro. Yo pasé un tiempo buscando respuestas de diferentes formas y cuando encontré a Jesús se me respondieron todas las preguntas en un instante y la vida se me simplificó. Tengo esperanzas, tengo fe, sé que él está allí y su bendición nos acompaña”.

¿Qué más hace falta en la vida personal y profesional de Bettsimar Díaz?

“Creo que me falta muchísimo, imagínate. Ahora es que estoy haciendo mi propio discurso, estoy dejando de estar detrás de la cámara, detrás de una personalidad como papá para hacer mi propio camino. Ahora es que vienen muchas cosas: libros, programas de televisión, programas de radio, proyectos anclados también con papá, un juego de mesa “Contesta por Tío Simón” bellísimo -expresa con profunda emoción-. Papá nos deja un gran camino abierto y estoy muy contenta con lo que me está pasando a nivel personal. Quiero hacer muchas cosas, entregar un tanto de lo que he recibido”.

“Los venezolanos tenemos que desechar el odio como herramienta de diálogo, el resentimiento y la eterna pasadera de factura”

-Estamos viviendo en una Venezuela dividida. ¿Qué crees Usted que debemos hacer para reconstruir el país?

“Yo no creo que Venezuela esté dividida. Venezuela está herida, profundamente herida porque en principios la esperanza que se había sembrado hace catorce años ha sido decepcionada en un porcentaje importante y la opción que Venezuela esperaba de la oposición no había dado frutos sino hasta ahora que se configuró una posibilidad. Hemos pasado años muy difíciles porque nos hemos visto amenazados en nuestros principios más fundamentales. Los venezolanos tenemos que desechar el odio como herramienta de diálogo, el resentimiento y la eterna pasadera de factura. El gobierno que sea tiene que respetar al pueblo en su ser ciudadano”.

-¿Cuáles valores crees Ud. que deben prevalecer en  los venezolanos?

“En primer lugar el valor del trabajo. Nosotros somos un país petrolero y esa sensación de tener una renta como si tuviésemos un banco que nos produce otro dinero de alguna forma amenaza ese espíritu de levantarse a las cinco de la mañana y bregar el día para traer el pan a la casa. Papá nació en el 28 y toda esa generación no tuvo la sensación de la renta petrolera sino que bregaron la vida y construyeron un gran país incluyendo a todas las migraciones de Portugal, España e Italia que forjaron y nos dejaron una herencia de trabajo muy importante. El venezolano debe rescatar, alimentar y fortalecer el ánimo del trabajo y de conseguir el pan más allá de que tengamos o no petróleo. No hay cosas fáciles o no fáciles, simplemente hay cosas merecidas y no merecidas. Nosotros merecemos tener lo que trabajamos. El segundo gran valor es la prioridad y la preferencia por lo venezolano; tenemos suficientes riquezas y cosas que exaltar como para que no tengamos otra prioridad u otra preferencia que no sea lo nuestro. En esa medida construimos país”.

Bettsimar en breves palabras…

-Una comida

La carne mechada sequita

-Una ciudad

Nueva york

-Una anécdota de la infancia

La guerra de almohadas con mi papá. Era demasiado divertida (risas).

-Una pasión

La música

-Caballo viejo

Aplausos

-La Vaca Mariposa

Tuvo un terné (risas)

-Un miedo

El dolor

-Una alegría

Mis sobrinos

-Venezuela

La vida entera

-Betty de Díaz

(Suspira y se le iluminan los ojos) ¡Guao, un volcán de amor!

-Simón Díaz

La paz, la seguridad, la confianza en que todo va a salir bien

Entre Tertulias

Acerca de entretertulias

Este es un espacio para que conozcamos más a todos esos personajes de relevancia. Un espacio de encuentros, un espacio para tertuliar con el entrevistado y con ustedes. ¡Bienvenidos!
Esta entrada fue publicada en Entrevistas y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario